Hace ya algunos días
que se celebró la ceremonia de clausura del Máster de Reporterismo e Investigación
para TV que he estado
cursando durante los últimos meses. Aunque no ha sido el primer acto de este
tipo en que participo, mentiría si negara que tuve alterados los nervios
durante las horas previas. Incluso la noche anterior soñé con lo que iba a
vivir esa tarde. Y lo hice con tal intensidad que, mientras daba vueltas en la
cama, me vi en el estrado pronunciando esas protocolarias palabras que algún
alumno debe pronunciar en estas ocasiones. No iba a ser mi caso, pero supongo
que mi subconsciente me invitaba a reflexionar en voz alta sobre lo experimentado en los últimos
tiempos. Y de pronto mi voz se adueñó del sueño para saludar a un público menos
sorprendido que yo misma: