sábado, 11 de enero de 2014

Inconformismo emocional

¿El ser humano como ser racional? Sin duda, ¿no?

Somos esa clase de animales que se conforman con poquita cosa, que no piden más, y que siempre están calmados, como el agua de una bañera vacía.

Esa clase de seres que cuando llega el invierno, lo aprovechan tal y como pensaban en verano, sin soñar de nuevo otra vez con esa cálida época. Que cuando alcanzan la carrera o el trabajo deseado, jamás se quejan.

Esa sociedad en la que no cabe un ''ojalá estuviese...'' o incluso un ''ojalá fuese...''.

Aunque lo mismo pasa con el amor, para qué engañarnos.
El hombre tiene claro lo que quiere. Aunque hay diferentes opiniones. Y me refiero a opiniones como preferencias, no al sentido de la frase, no. Somos muy claros.
Algunos viven al lado de otra persona, aferrándose a ella, como si, por el contrario, fuesen a morir. Sin que un ''joder, tío, soltero se vive mejor, te vas con quien quieras'' pase por su cabeza.
Por otro lado, también hay personas que opinan lo mismo, pero no. Son esas personas que están a gusto con lo que tienen, o con lo que no tienen. Sin echar de menos el sentir que una persona les ama, que la tendrían al lado para lo que fuese, siempre.

Pero como ya llevo diciendo un rato, y sigo haciendo hincapié, lo tenemos todo tan estructurado y tan claro, que ¿para qué quejarnos?

¿Dónde se ha visto que el moreno quiera ser rubio, el alto, bajo; y el débil, rebelde?
¿Y eso de que el hombre quiere volver a ser niño, mientras el niño deseas crecer con todas sus fuerzas?