martes, 20 de noviembre de 2012

Como conocí a Fernando Trueba

El famoso director de cine Fernando Trueba pronunció una conferencia el pasado martes 13 de Noviembre en la Universidad Nebrija (Campus de la Dehesa de la Villa) sobre su experiencia, y su última película (El artista y la modelo).

 



      “Si no tienes nada que decir, mejor que no digas nada”. Así comenzó el conocido director de cine su conferencia. Su última obra de cine se mantuvo unos cuantos años en su cabeza con la intención de moldearla y podérsela dedicar a su hermano. Siempre un buen guion se acaba creando. A lo largo de su profesión, muchos seguidores advierten un cambio en su personalidad, pero por el contrario, él asegura que es el mismo de  siempre, y si de verdad ha cambiado, no fue me manera deseada. Él mismo se compara con los personajes de sus películas, quienes, en un principio, están basados en personas reales, seguramente conocidas de forma cercana, pero que según transcurre la obra, pueden incluso voltear su personalidad. 
 
      Trueba, al igual que muchos otros artistas, no es capaz de definir el arte pero, como él apoya, “lo importante no es hablar de arte, sino representarlo”.  Ya desde pequeño descubrió que al leer, o simplemente al escuchar una canción, se crea (en ocasiones involuntariamente) una pequeña película en la cabeza.

      Desde su más temprana adolescencia Fernando, deseaba con todas sus fuerzas poder llegar a ser un gran pintor pero ‘’su cabeza siempre iba por delante de sus manos” y eso le delimitaba en su sueño.  Y fue a partir de la mayoría de edad cuando el joven Trueba comenzó a involucrarse cada vez más en el mundo cinematográfico.





domingo, 11 de noviembre de 2012

Nueva vida universitaria

Fachada de la Universidad Nebrija en el Campus de La Berzosa
Poco me acuerdo del primer día de clase cuando era apenas una cría, pero dudo que fuese de los mejores... Cambiar de repente de ambiente, de gente, de ámbitos y costumbres... Todo cuesta en un principio, pero bueno, éramos solo niños.
Ahora todo cambia: ''adultitos'' que, por su propia cuenta, deciden seguir estudiando y formarse como personas con la idea de tener un futuro más claro.
En ocasiones estos jóvenes, por placer o incapacidad de estudiar lo deseado en su ciudad, marchan a otros lugares diferentes de donde han pasado toda su vida. Dejar atrás familia, amigos u otros seres queridos puede ser muy duro, sí, pero hay que mirar al frente; una nueva vida te espera, una nueva ''familia''.
La suerte está echada. Cruzas la valla de la universidad. Suspiras. Y con miedo sigues andando. ¿Haré amigos? ¿Caeré bien a la gente? ¿Se me dará bien la carrera? ¿En un futuro me servirá lo que voy a estudiar? Ya no sirve mirar hacia atrás. Queda prohibido ser un cobarde.
Hay gente, mucha gente del primer curso, pero realmente pocos se conocen entre sí. En el fondo todos están tan perdidos y tienen el mismo miedo que tú. Delicadamente te acercas a un grupo de estudiantes cual animal a su presa, pero con un fin contrario. Intentas tranquilizarte presentandote y estableciendo una suave conversación, que se centra sobretodo en nombres, edades y lugares de procedencia. En un principio, te costará acordarte de todos esos datos, tal vez porque los hayas preguntado solamente por educación, por no sentirte solo en ese momento. Pero poco a poco y con el tiempo irás conociendo más gente con más interés. Es ley de vida.
Una vez dentro de la clase, algunos profesores se presentarán y explicarán el contenido de sus clases. Parecen fáciles, y algunas hasta divertidas. No te confíes, esto no es un juego. Pero tampoco vale amargarse, por lo menos de momento.