miércoles, 27 de mayo de 2020

Mascarillas transparentes para frenar el virus sin cortar la comunicación

Vivimos en una época en la que las mascarillas se han convertido en un accesorio imprescindible. La actual obligatoriedad de este elemento supone nuevos retos para ciertas personas. Hay quienes, para comunicarse, necesitan ver la expresión facial del otro y poder leerle los labios. En España hay más de un millón de personas que tienen dificultades en el sentido del oído; por lo tanto, hay más de un millón de casos en los que las mascarillas convencionales suponen un problema añadido en esta época de pandemia.


Los sordos cuentan con una barrera sensorial y la imposibilidad de la lectura labial les dificulta aún más la comunicación y genera un sentimiento de frustración. Conscientes de ello, en la localidad gallega de Nigrán, hace escasos días nació la iniciativa “Yo me pongo a coser”. 

Mascarillas con la parte frontal transparente. Parece una modificación de diseño muy simple, pero en realidad supone una gran ayuda para muchos. Aunque no todas, bastantes de las personas con problemas de audición pueden leer los labios como apoyo al lenguaje de signos, por lo que es una gran idea para que no se pierda la comunicación si el hablante lleva esta mascarilla puesta.

Se componen de dos capas de tejido de algodón 100% con un filtro de TNT (tejido no tejido) de polipropileno y, en la parte central, una lámina de plástico de polietileno transparente de 500 micras de espesor. Toda su elaboración es artesanal. No reciben ninguna ayuda más allá de donaciones, principalmente de telas, y del esfuerzo de los voluntarios.


Los materiales son diferentes a los empleados en las mascarillas convencionales, por lo que el proceso de homologación es más lento de lo normal. Pero en cuanto las autoridades sanitarias garanticen su seguridad, se podría comenzar con la distribución. Aún así, ya han recibido varios pedidos, algunos incluso desde Francia: un fisioterapeuta con problemas auditivos para que las usaran sus clientes y de esta forma, poder entenderles con facilidad.

Se busca que las mascarillas nos protejan del virus, pero también que sean inclusivas. Es lo mismo que ha animado a la asociación de voluntarios “Costaleros por nuestros mayores” de Jerez de la Frontera. Ya ayudaban a cientos de familias vulnerables con alimentos y objetos de seguridad, pero también quieren tener en cuenta ese hándicap que sufren las personas sordas. De momento, han confeccionado 50 de estas mascarillas transparentes, donadas a la Asociación de Personas Sordas de Jerez (Apesorje).

Algo parecido llevan a cabo también desde Aidis Illescas, donde luchan por la plena inclusión de las personas con discapacidad. Dicen que desde el principio han podido contar con el apoyo del Ayuntamiento, de la Fundación Hospital Nuestra Señora de la Caridad Benéfica de Vega (Funcave) y de diferentes empresas de la localidad. La presidenta, Alicia Fernández, asegura que las primeras 1.000 mascarillas de este tipo se repartirán en hospitales de Toledo.

Por otra parte, el centro de investigación TKNIKA continúa diseñando diferentes tipos de mascarillas que faciliten la lectura labial, y para ello, se apoyan en la experiencia de Aitor Bedialauneta, presidente de la Federación Vasca de asociaciones de personas sordas. Nueve modelos fabricados que Aitor prueba con el fin de encontrar la idónea. “Compruebo, por ejemplo, que se adapte bien a la cara sin taparla en exceso para que no nos reste expresividad”, ha declarado al diario Nius.

Como bien dicen todos aquellos que trabajan en este tipo de mascarillas, con ellas podemos romper esa barrera, facilitar la lectura labiofacial y ver la sonrisa de la persona que tenemos enfrente.

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